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domingo, 19 de febrero de 2012

¿No lo notáis?


Definición de homilía según la Real Academia Española: razonamiento o plática que se hace para explicar al pueblo las materias de religión. Según la acepción latina homilein vendría a ser una plática familiar, igual que la ομιλια griega. Joan Corominas, en su diccionario etimológico, introduce otro término “reunión o conversación familiar ”.

Con una condensación de todo lo anterior me he encontrado hoy en la misa de 9 en el Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid. Cuando uno escucha la Palabra, se predispone a impregnarse de su sentido último si bien es en la homilía donde se nos explica el Evangelio y las Lecturas del día. La del domingo es especialmente importante porque me centra, me sirve de recapitulación y de puesta a punto para la semana.

Cuando conozco a quien predica los sentidos se me acentúan, y cuando además de conocerle le quiero, quizás peque de preparar el ánimo hacia una acogida sin reparos lo que dificulta la objetividad. Pues esto último me ha ocurrido esta tarde, redoblado el interés porque era la primera vez que escuchaba un sermón suyo. También es cierto que uno de mis mayores defectos es ser excesivamente crítico con la gente que quiero, no como generador de reproche, si no al contrario, como faro de puntos de mejora, con lo que, sinceramente, puedo balancear afecto y crítica para obtener un juicio neutral. Resumiendo, que he salido de misa con la carne de gallina, los pelos como escarpias, el corazón encendido y el pecho bombeando a toda potencia.

No voy a dar el nombre del individuo en cuestión, porque quizás pueda sentirse herido en su humildad, aunque ganas me entran de hacerlo. Lleva el de un “leproso voluntario” seguido del de Santa María. En breve hará su Profesión Perpetua en la Congregación del Santísimo Redentor y será ordenado diácono. Personalmente ya conocía lo que se revela como una sensibilidad fuera de lo común y una profundidad común a su Congregación. La visión que nos ha dado de las Lecturas y el Evangelio de hoy ha tenido para mí bastantes aspectos nuevos y enriquecedores que me hacen consciente de lo necesario de una constante nueva visión. El cariño inicial con que le escuchaba fue mutando sin darme cuenta a la docilidad de una oveja ante su pastor, y al empequeñecerse mi propia suficiencia iba dejando hueco a sus palabras. Ha sido algo grande.

Ahora, tranquilamente en mi casa, no puedo dejar de saborear una agradabilísima sensación de orgullo. Y le doy gracias a Dios por lo sabio de sus llamados, y porque este futuro sacerdote vaya a alargar el número de los hijos de San Alfonso.

Hace poco me han venido a decir que en mi blog alabo casi demasiado tanto a los Redentoristas como a la comunidad parroquial de PS. Pues la verdad, visto lo visto y viviendo lo que vivo, llego a la conclusión de que me quedo corto. Sí, muy corto.

¿No lo notáis?, en la Primera Lectura; ¿no lo notáis?, nos preguntaba el protagonista de estos comentarios. Y yo iba pensando: ¿no lo notáis?, estamos ante alguien tocado por el dedo de Dios.

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