Scala News

jueves, 31 de octubre de 2013

...y que nunca se aparten de ti

31 de octubre de 2003

¡Ya han pasado diez años! Tras una larga, intensa, concienzuda, meticulosa y meditada preparación y selección de Lecturas, salmo, rito, preces, música... llegó el momento. María entraba en la iglesia del brazo de su hermano Fernando mientras el coro entonaba el gregoriano “Ave mundi spes Maria”. La esperaba un hombre, un alma enamorada, acompañado de su madre y, en el altar, nuestro amigo el P. Borja Hernando Trancho.


Libro de Tobías 8, 5-10:
...en la que se bendiga tu nombre por siempre

Salmo 148:
...alabad al Señor

Primera Carta de San Juan 4, 7-12:
...Dios es Amor

Evangelio según San Juan 17, 20-26: 
...yo en ellos y tu en mi, para que sean completamente uno


Celebración del Matrimonio según nuestro impagable, rico y bellísimo rito mozárabe; inculturación.

Preces (solamente transcribo tres de las que escribí y se leyeron ese día):

Para que, teniendo siempre presente a la Familia de Nazaret, Enrique y María formen un ejemplo de familia cristiana que, con el Amor de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo superen las dificultades por las que a veces pasan las familias; que sus santos Ángeles de la Guarda les enseñen a disfrutar de las bendiciones que el Señor les otorgue a lo largo del Camino de Santidad al que han sido llamados y, como la beata Teresa de Calcuta, aprovechen la oportunidad de la vida, gocen su amor, desvelen su misterio, cumplan su promesa, merezcan su felicidad y la defiendan siempre.

Para que quienes escuchen en su corazón la llamada al Ministerio Sacerdotal la abracen con alegría y con coraje, lo ejerzan con fe, con esperanza y con caridad y sean ejemplo vivo para todos; para que María y Enrique, en Cristo, habiendo respondido a su vocación, sepan ser Luz que ilumine a las parejas llamadas al Sacramento del Matrimonio.

Por todos los niños que sufren la tristeza, la soledad, el hambre, el abandono o la guerra; por los pobres de espíritu, por los desheredados del mundo, por todos aquellos por quienes no pide nadie, para que quienes les rodeamos veamos en ellos a Jesús necesitado y puedan conocer el calor, la ternura y la sobreabundancia del Amor de Dios.

Velación nupcial: velo y yugo.

            … Que se amen, Señor y que nunca se aparten de ti...

Y terminada la misa:

“Compañera te doy, y no sierva:
ámala como Cristo ama a su Iglesia”.

Y en estos diez años el Señor nos ha ido bendiciendo con nuestras dos hijas y otros dos que nos esperan en el cielo; mi padre y mi suegro ya se encontraron cara a cara con el Redentor; ha habido tiempos duros, tropezones, paro, el día a día común de un matrimonio común en un país en crisis…  Ha habido -hay- manos, hombros, corazones... el Señor que nos sale al encuentro en tanta gente. Ha habido -hay- risas, alegrías, Vida y esperanza. Fe compartida. Camino recorrido. Encuentros.

Hay Amor… estamos nosotros tres: el Señor, María y yo. Y de los tres Toya y Paula, los ojazos y los brazos de nuestras hijas, sus sonrisas, sus preguntas; Vidas en custodia, nuestra misión primera. … Y están Sus regalos caídos de lo Alto; ese regalo de lo Alto que puso a su vez en mis manos al Santo del siglo de las luces, y que nos llevó a que un buen día nos encontráramos scalando en Familia.

Y diez años después me mira y sigo perdiéndome en sus ojos como la primera vez. Y diez años después continúo dándole gracias a Dios. Y diez años después, como somos cuatro, vamos los cinco scalando en Familia.  Y como son diez años lo celebraremos de la mejor forma: dando gracias juntos y con la mejor compañía, en Familia.



Una víspera de Todos los Santos comenzábamos nuestro camino de santidad en común. Buen día ¿verdad? Pues en ello estamos, ahí vamos con la ayuda del Señor, en Camino, scalandoenfamilia.





martes, 29 de octubre de 2013

Un Cardenal en PS en acción de gracias

Con frecuencia me ocurre que, cuando tengo una cita vespertina importante se organiza el atasco de vuelta a Madrid, y ayer no iba a ser menos: atascazo de entrada. Pero a pesar del atasco y las interminables vueltas para encontrar un hueco donde aparcar el coche, finalmente pude llegar a PS con bastante tiempo, entrar en la sacristía y preguntar al párroco, al P Nicanor, si hacía falta algo. Porque ayer teníamos una celebración importante para la Familia Redentorista, una Eucaristía, presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, de acción de gracias por la beatificación de los seis mártires redentoristas de Cuenca: http://www.redentoristas.org/redentoristas/santos-y-beatos/martires-de-cuenca/

Aprovecho para animar desde aquí a que, cada uno en su parroquia, se anime a ofrecerse, a tender manos, porque en muchas ocasiones son necesarias por muy insignificante que pueda parecer lo que te encarguen. Y no hace falta que tengamos un motivo especial, que cualquier misa lo es, y seguro que el sacerdote de turno lo agradecerá, y si no pues no pasa más. Pero el caso es que la de ayer sí que era especial. Un motivo de gozo y también de satisfacción. Ver la cara de alegría del vicepostulador de la causa, el P Quesada, valía un mundo, como la del P Provincial, Pedro López, que estaba exultante. La sacristía a rebosar de sacerdotes Redentoristas de toda Europa, unos sesenta, Miembros del Consejo General, Provinciales de otros países… en fin, más los de “casa”. Abrazar al P José Luis Almendros, saludar al P Benigno Colinas… y en mi corazón, como siempre, presentes algunos que no lo estaban físicamente.

Llegó Monseñor Rouco y, tras la monición de entrada leída con la delicadeza exquisita de Betty Renjifo, dio comienzo la procesión de entrada y… bufff ¿quién me iba a decir a mí que yo estaría con uno de los ciriales flanqueando la Cruz? El otro lo llevaba Joaquín García-Romanillos, lo que viene siendo un alma buena. Y todo impecable. Y todo en familia, tan normal, incluidas las reliquias de los beatos. Hombre, reconozco que todas esas filas ocupadas por sacerdotes redentoristas, el presbiterio a rebosar y el Sr Cardenal en la sede con Pedro a un lado y Nicanor al otro, además del “subidón”, pues ciertamente impresiona; no impone, pero sí impresiona.

El momento de las ofrendas fue también especial, por las ofrendas en sí mismas y por quienes las llevaban: un miembro de cáritas, un hermano redentorista irlandés, una oblata, la madre de un postulante redentorista… vamos, que se tuvo en cuenta hasta el más mínimo detalle. El coro intergeneracional, como siempre, impecable. Las preces a cada santo y a cada beato Redentorista. Solemne y con la naturalidad y alegría con la que se hacen las cosas en esta Familia.

Las palabras del Cardenal que resaltaban la Vida, el martirio de los seis beatos como ejemplo rejuvenecedor y fortalecedor para la Congregación del Santísimo Redentor, especialmente en España.

Una celebración de gozo, en la Iglesia como Madre, en Familia, que acabó con el himno a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. 

Yo me quedo con el ejemplo de los mártires de Cuenca, con la alegría de la celebración y la sensación de Familia. Me quedo con el grano de mostaza de San Alfonso Mª de Ligorio, con el grano de mostaza de los mártires; grano de mostaza hecho un inmenso arbusto y con todos los que anidamos en sus ramas. Pero yo prefiero anidar no de manera acomodaticia, sino para, desde él, tratar de ser levadura.

lunes, 21 de octubre de 2013

¿Misionero?

Domingo, día del DOMUND y Eucaristía de 12:00h en mi parroquia, en PS. Caras nuevas, nuevos niños, nuevos padres; más familias. Amigos que van sumando.

Dos sacerdotes celebrando y unos cuantos monaguillos en el presbiterio. El coro, formado por padres y algún niño, estupendo. La homilía animosa y participativa, como casi todas las del P. Damián que lanzó una pregunta: ¿Conocéis a algún misionero?

La verdad es que yo pensé que plantear esa pregunta en una parroquia Redentorista era casi una obviedad redundante; me lo pareció así por no pensar como un niño o por no pensar para niños. El caso es que alguna mano se levantó y el P. Damián le pidió a una niña, que hacía las veces de monaguillo, que respondiera. “”, dijo ella dirigiéndose explícitamente a su interlocutor. La respuesta obvia, porque Damián es un misionero Redentorista.

Y el padre de la niña respiró tranquilo… Pero Damián volvió a preguntar: “¿Alguien más? ¿Conocéis a algún misionero más?”. Pues esa niña que es un tanto inquieta, alzó de nuevo la mano, y el oficiante volvió a pedirle que respondiera. “Mi padre”, contestó resuelta; y se quedó tan tranquila y tan satisfecha de su respuesta. Mientras se escuchaban implacables esas dos sencillas palabras, su padre, que soy yo, iba pasando por todas las tonalidades posibles del color rojo, a pesar de la maestría y gran generosidad de corazón del P Damián al enfocar tan inesperada respuesta.

Por un instante pensé coger el diccionario de la RAE y tener una charla con mi hija para, a partir de la definición, explicarle con detenimiento lo que realmente es un misionero, en qué consiste realmente ser un misionero. Pero recordé el comentario que hizo un día otro misionero Redentorista que ya no está en Madrid: mi hija Toya había recortado de un calendario bastante grande la imagen del Icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y decidió pegarla con celo de manera que la imagen mirara hacia el patio, y no al interior de la habitación “porque así la pueden ver todos los vecinos”. Pues bien, recuerdo cómo a aquel misionero Redentorista le salió de dentro decir “esa es una pedazo de niña misionera”. Recordé esto ayer, como lo hice hace un par de semanas, cuando una vecina me dijo que agradeciera a mis hijas el regalo de la Virgen porque viendo esa imagen desde su cocina cada mañana se acordaba de rezarla.

Ocasiones hay, como esta, en las que es mejor callar, de modo que he decidido simplemente no decirle nada, no explicar nada y, mientras voy scalando en Familia, tratar de ser, aunque sea torpemente, misionero en mi vida diaria.

viernes, 18 de octubre de 2013

Me lo ha chivado...

Un grupito de niños en un Oratorio, haciendo lo propio, orar, aprender a orar. La idea me encanta más allá, mucho más allá de añoranzas o nostalgias del pasado. Tan hermosa es la imagen de unos niños orando como la de un sacerdote y unos catequistas enseñando a hacerlo.

Yo aprendí a rezar en mi casa, de la mano de mi madre. Ella y la familia fueron el primer conducto con y hacia Dios; ella fue quien comenzó a inculcarme que le tenía bien cerca: dentro de mí. Fue en el colegio donde, además de memorizar el catecismo de la época, me enseñaron a orar  (creo que no es una mala combinación, dada la tremenda incultura religiosa actual, aunque de escoger me quedo con la oración; pero lo suyo en todo es tender a la excelencia para todos). Una habitación pequeñita, las paredes con dibujos infantiles, sentados en el suelo sobre una alfombra, y todos frente a un Sagrario que estaría a no más de un metro del suelo… y a comenzar a hablar a Jesús con la naturalidad de un niño, sin miedos, con respeto y cercanía, como a un Amigo… pero a Jesús realmente presente en la Eucaristía, sabiendo que es el propio Cristo quien está en ese pedazo de Pan.

Bueno, pues otro grupito de niños, aunque sin Sagrario, y algo mayores de lo que yo era cuando me inicié en esas lides, estaban el otro día “charlando/orando”, en un oratorio de una Casa de los hijos del autor de Visitas al Santísimo o El gran medio de la Oración. Debían de estar en el momento de compartir de viva voz inquietudes o peticiones, me imagino, por que una de las niñas pidió, entre otras, cosas para que su padre dejara de fumar…

…esa niña es mi hija mayor. Y alguien “malintencionado” me lo ha chivado...

Ante esto tengo varias opciones: no hacer ni caso, sentarme con ella y explicarle que igual es mejor pedir otras cosas, especialmente aquellas indicadas a la Salvación propia y ajena… no sé… lo que tengo claro es que voy a comenzar por demostrarle la excelencia y eficacia de la Oración… …dejando de fumar. Hace una par de días que fumé mi último cigarrillo y el Señor ha tomado sus caminos tanto para que yo lo dejara como para que mi hija comience a ver el valor práctico y real de la Oración humilde y confiada.

En breve seré yo quien la lleve de visita ante el Santísimo. Cualquier modo de rezar a Dios es un santo modo de rezar pero lo que tengo personalmente muy claro es que o nos encontramos solos y en pleno desierto de Atacama (sí, esto es una exageración) o ya que, “así como Jesucristo está vivo en el cielo rogando siempre por nosotros, también en el Santísimo Sacramento del Altar continuamente de día y de noche está haciendo este piadoso oficio de abogado nuestro”, nada como hacerlo digamos que “cara a cara”.

En cualquier caso, como hace no mucho leí a un Redentorista, "se aprende a orar orando. No es cuestión de método sino de paciencia".

De manera que, como cualquier modo de rezar a Dios es un santo modo de rezar, lo importante es hacerlo… …y tener un padre tan bruto como yo que sólo por cabezón es capaz de dejar de fumar… ¿o es por la oración?

lunes, 14 de octubre de 2013

Echado por tierra...

Ayer fue un día especial para dar gracias a Dios, y coincidió justo con Lucas 17, 11-19 como el Evangelio del domingo. Un día redondo.

Una Eucaristía de las familias en PS en la que estuvimos los cuatro con mi madre por primera vez. ¡No cabía en mí! ¡Y qué pedazo de homilía la del P Juan Antonio! Ahí estaba yo, todo orgulloso, presentando a mi madre a todo el que me iba encontrando, desde Christopher, algún hermano de la Comunidad de Laicos, catequistas, al P Olegario. Y mi hija mayor por primera vez en el presbiterio como monaguillo… Era como un sueño hecho realidad. El amor de Dios en las cosas cotidianas de la Vida.

Eché mucho de menos no haber podido estar en Tarragona, pero después de todo la misa era a las 12:00h, al mismo tiempo que daba comienzo la ceremonia de beatificación de los 522 mártires de la persecución religiosa en España, y ahí estaban, en la Capilla de la Coronación del Santuario, los restos mortales de “nuestros” nuevos seis beatos mártires Redentoristas (https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pfsbIwQGSAI). ¡Qué extraordinario motivo de agradecimiento las Vidas y la sangre derramada de los mártires! Rejuvenecen a la Iglesia entera; los mártires religiosos rejuvenecen a las Congregaciones o Institutos a los que pertenecen; los mártires laicos rejuvenecen a todos los fieles en esto que se ha llamado “el tiempo de los laicos”. El amor de Dios en los hechos extraordinarios de la Vida.

Comida familiar, tarde tranquila y cierre de tarde/noche con la acogida en PS. Y todo con la casi estremecedora normalidad del día a día. En Paz y con una Cruz colgando de la que hacerme digno también día a día. Felicitación a un hermano por whatsapp y Completas con una dulce necesidad de volverme como el Samaritano y echarme por tierra a los pies de Jesús dándole gracias.

A la vista de esto hoy no puedo sino pedir por quienes, aún teniéndolo todo, ni tienen una familia sólida, construida sobre Roca, ni tienen fe; por quienes se quedan apoltronados en su sofá; por los que no tienen ni casa, ni sofá, ni el calor de un abrazo o la luz de una sonrisa.

Consciente, una vez más de ser un privilegiado por ir scalando en Familia, de que mi nombre está escrito en la palma de Su mano y lo sé, lo siento y lo vivo… pero ahora toca la pregunta ¿Qué hago para que lo sepan, lo sientan y lo vivan los demás?

miércoles, 9 de octubre de 2013

… dedícalo a mí

“Pero, tú ¿por qué? Bueno, imagino que como opción personal, claro”. Ha habido alguien que me ha hecho esa pregunta. Nos conocemos desde pequeños, realmente mi memoria no alcanza a recordar desde cuándo, por lo que es parte de mi vida; y una parte importante.

Opción personal… pues sí, pero no unívoca. Supongo que fui seducido. Sí, así, tal cual. Porque toda vocación es una seducción y esto, claramente, lo es. Opción personal porque podría, de nuevo, haberme tapado los oídos. Pero ahora no iba mi nombre sólo, había otros tres, y todos sonaban acompasados. A veces me da la sensación de que la historia de mi vida, en su conjunto, ha sido una preparación para un 19 de mayo; una suerte de maduración. Y llegó ese día y, de la voz de alguien que siempre será mi Padre, la Suya. Y en mis manos puso El santo del siglo de las luces. Y de ahí hasta ahora. Imparable y seducido.

¿Por qué? Pues por respuesta activa y acogida abierta. Porque si el Señor me puso en el mundo me colocó directamente en la historia de la Salvación. En primer lugar de la mía, y de la de mi mujer en este camino de santidad que comenzamos juntos un 31 de octubre; y de la de mis hijas, de cuyas vidas y almas somos custodios María y yo. Pero es que es esa seducción la que me hizo consciente de que no se queda ahí la cosa, que la historia de la Salvación es universal e individual y, por lo tanto, mi vida, mi historia, mi cotidianeidad afecta y modifica la de otros, la de aquellos a quienes tengo en mi camino. Y eso es toda una responsabilidad. Precisamente por eso, ésta mi manera de estar en el mundo y en la Iglesia, en esta Familia. Porque en esta manera de estar en el mundo y en la Iglesia, en esta Familia, se mitiga tímidamente mi síndrome de manos vacías.

No sé si esto responde bien a esa pregunta, pero es lo que siento y lo que soy; resume quién soy y cómo soy.

¡Claro que mi misión primera es mi mujer y mis hijas! ¡Por supuesto! ¿Alguien lo duda? Pero es que no son ni círculos concéntricos ni ámbitos separados. Somos lo mismo en lo mismo. Somos un proyecto y un fruto de Dios en un proyecto y un fruto de Dios. Hace ya unos años que mi hija mayor presentó un trabajito en su colegio que tituló “Una familia Redentorista”. Eso soy, eso somos. En la universalidad de la Iglesia, con el respeto impecable al individuo y poniendo tiempo, esfuerzo, ganas, manos, ilusión al servicio de los demás en una Familia concreta, la mía. Ofrecerse en una Familia concreta, la mía.

Eso soy, en casa, en mi trabajo, en el cine, tomando una copa, en Madrid o donde sea, porque es así como yo soy en el mundo; porque sé que es así como el Señor me quiere en el mundo. ¡¿Cómo no lo voy a contar?! ¡¿Cómo no contar, cuando eres feliz, que eres feliz?! Lo cuentas porque lo eres y para que otros lo sean. Ni más, ni menos. Así que sí, soy Redentorista; laico, pero Redentorista. No un Congregado, claro que no; pero soy Redentorista.

No sé si con esto lo tendrás claro: ¿Opción personal? Por supuesto. ¿Seducción? Naturalmente. ¿Vocación? SÍ.

Pues eso, que sí, que como la canción de María Dolores Pradera: El tiempo que te quede libre…

…y como nos es gozosamente posible ahí vamos los cuatro, scalando en Familia.

domingo, 6 de octubre de 2013

En camino

Hoy ha sido un día especial para darle gracias a Dios; gracias por la Vida. Gracias por todas la persona que ha puesto en mi camino y han contribuido a que sea quien y como soy. He cumplido un año más. Y estoy cargado, rodeado de Amor. Un lujo, y una suerte. Iba a decir que es un regalo inmerecido, pero eso es falso. Es algo totalmente merecido. No porque sea yo; simplemente porque soy un ser humano corriente y moliente, y cualquier ser humano debe ser merecedor del mismo Amor.

He pasado toda la mañana en PS, acogiendo a la gente que se acerca a la Parroquia, e igual tras la misa de 21h. Un reguero de gente interesada en grupos, actividades, Adoración...; un reguero de gente en busca de Dios. Poder vivir eso sí que es un regalo inmerecido. Yo soy así de tontorrón, pero me encanta que me feliciten por mi cumpleaños o por mi santo, sea por teléfono, whatsapp, Twitter, Facebook, sms o como sea: me encanta. Las caras de ilusión de mis hijas no tienen precio, y esas velas en dos pasteles que me llevó mi mujer a PS tampoco.

Se puede decir que lo he celebrado en Familia y scalandoenfamilia. En camino y consciente de lo mucho que tengo; y en cada rostro le tengo a Él. Y una profunda conversación que es un paso en el camino.

Y en el silencio gratuito de la única persona que no se ha pronunciado está también Él y su Amor. Lo quiera o no. Porque el silencio habla cuando las palabras no pueden, o simplemente no quieren.

Conclusión: Dios me Ama. A mí y a cada uno de nosotros. Pero yo lo sé; soy consciente de ello. No puedo menos que repartir eso que tengo y que cada uno sepa que Dios le ama igualmente.

Empiezo la semana y mis 47 años encantado de la Vida; en camino.

martes, 1 de octubre de 2013

Agua que no has de beber



Me acosté incómodo anoche y amanezco igual. Una de las cosas que más me trastocan es no ya escandalizar, simplemente ofender o molestar a otros de manera innecesaria. En realidad siempre es innecesario. Me pongo en su lugar cuando soy yo quien me veo en su situación y les entiendo.

Cuando esto, además, se produce por una solemne estupidez que no encierra ni posturas ni opiniones propias puede resultar incluso infantil por mi parte. Pero uno es así. Hay que tratar de no herir con las opiniones propias, pero hacerlo con las ajenas ya es de doble pirueta. Ayer retuiteé, porque me pareció graciosa, una ficticia entrevista al Papa de la que, obviamente no soy autor. La vuelvo a leer, y de ver falta de respeto ésta no es desde luego hacia la figura ni del Papa como tal, ni del actual Pontífice. Creo que mi opinión al respecto es radicalmente clara y sobradamente manifiesta, tanto antes de saber cuál era su nombre (http://www.scalandoenfamilia.com/2013/03/ioracionpapa-imision.html, http://www.scalandoenfamilia.com/2013/03/ioratio-pro-eligendo-pontifice.html), como cuando todos supimos definitivamente a quien había elegido el Espíritu Santo (http://www.scalandoenfamilia.com/2013/03/exulta-cielo-alegrate-tierra.html), o ahora que ya le conocemos (http://www.scalandoenfamilia.com/2013/03/un-papa-tierno.html, http://www.scalandoenfamilia.com/2013/09/yo-mi-me-conmigo.html). Creo que ni hay ni puede haber resquicio de duda sobre ello.

No obstante, si bien mis opiniones me atañen exclusivamente a mí, también lo hacen mis torpezas, e incluyo aquí todo aquello que de manera injustificada pueda herir los sentimientos de otro; y me duele ser causante de, al menos, pena. Máxime si lo soy de personas a quienes no aprecio, sino que quiero.

Ya, ya sé, …déjala correr. Pues no. Soy como soy y prefiero aclarar el agua para que no se estanque, que al final la bebes y amarga.

Eso sí, ahora y en otras situaciones en las que yo soy el molesto (muchas veces de manera igualmente infantil) me quedo con esta oración de Santo Tomás Moro:

“Dame, Señor, una buena digestión y también algo que digerir.
Dame la salud del cuerpo con la necesaria mortificación para que,
de mi parte, sepa conservarla del mejor modo posible.

Dame un alma santa, Señor, que haga ante tu mirada lo que es bueno, para que, al ver el pecado, no se espante, sino que encuentre el medio para arreglar la situación.

Dame una alma que ni conozca el enojo, que ignore la murmuración, que desconozca las quejas y los suspiros. Y no permitas que cuide demasiado de esa pobre cosa que soy yo.

Dame, Señor, el sentido del humor, la gracia de saber apreciar un chiste, para que pueda sacar de él alguna alegría, aunque sea pasajera, y haga participar de ella a los demás.

Todo esto, Señor, te lo pido por intercesión de María, Causa de nuestra Alegría.”

Amén.