Scala News

sábado, 18 de agosto de 2018

Piedras de molino


El informe del gran jurado de Pensilvania ha sacado a la luz las depravaciones sexuales con menores de una importante parte del clero de esa diócesis. Crímenes deplorables cometidos con el halo de impunidad de ser quienes eran los criminales. “"Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar". (Mateo 18:6)

La gravedad de los delitos es, más allá del tipo penal, injustificable y deleznable. Ojalá la justicia sea tan ejemplar con cada uno de los delincuentes como ejemplar se suponía que debía de ser su conducta. “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.” (Ezequiel 18:20). Los delitos individuales, individuales y personales son cuando lo son. En este caso, como en tantos otros, la perversión se eleva hasta límites insospechados por el silencio, el compadreo, la connivencia. Uno lee las noticias y le da la sensación de estar frente a una auténtica organización, un entramado diabólico para encubrir y continuar delinquiendo, abusando de los más indefensos para satisfacer unos impulsos sexuales deformados. ¡Qué profunda revisión es también necesaria en materia y pastoral sexual! Urgente y necesaria.

Lo siento, pero que el portavoz del Vaticano mencione que no se han encontrado “apenas casos después de 2002” me parece, cuando menos, torpe. Las reformas de la Iglesia en Estados Unidos han reducido drásticamente la incidencia de los “abusos” cometidos por el clero…. ¡FALTARÍA MÁS! El lenguaje y la forma deben ser más, mucho más, muchísimo más duros, claros y contundentes. Han de abrirse puertas y ventanas en cada rincón de la Iglesia, de cada uno de los rincones en los cinco continentes. Abrirse, denunciar con claridad, sin miedo y sin temblores de manos desde dentro. Caiga quien caiga, porque si no caen todos, porque si se calla, se sigue encubriendo y siendo cómplices de los criminales. Caiga quien caiga, por muy alto que sea; es mayor el escándalo del silencio que el que pueda llegar a producir escuchar ciertos nombres o cargos.

La petición de perdón está muy bien, es necesaria, pero no tanto por los delitos individuales como por el silencio y la connivencia.

Eso sí, que se ponga el dedo sobre las manzanas podridas, no sobre todas las manzanas. Cuando escucho en las noticias que un padre ha violado a un hijo, yo no salgo con vergüenza a la calle, ni nadie me señala con el dedo. De igual forma clérigos delincuentes lo son quienes delinquen y encubren, no otros.

Yo hoy pido por todas las personas que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de miembros destacados de mi Iglesia, sean religiosos, sacerdotes, obispos, cardenales o laicos “comprometidos”. Pido a Nuestra Madre del Perpetuo Socorro que interceda para que el Señor les conceda la paz de espíritu necesaria para seguir viviendo con tranquilidad, la fortaleza de espíritu necesaria para rehacer sus vidas. A las víctimas directas y a sus familias.

Pido por esos criminales que, amparados tras una sotana, un alzacuellos o unas zapatillas de deporte, siempre tras el halo de santidad de lo que representaban, han destrozado y violentado a los más indefensos. Que paguen con dureza su pena y alcancen la Redención que a todos nos ofrece Cristo.

Pido por todos los buenos y sanos sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos de mi Iglesia. Que sigan sintiéndose fuertes y confortados por la oración común. Cristo dirige la Iglesia en la que remamos todos. Mi Iglesia.

No podía callar y seguir scalando en #Familia.




miércoles, 15 de agosto de 2018

Como niños


Todo el que se acerca a estas líneas sabe que el único propósito de este humilde blog no es más que mostrar la vida normal y corriente de una familia cristiana normal y corriente. Nada más. Sí, es cierto que vivimos nuestra fe bajo el carisma Redentorista, pero la e-evangelización que trato de mostrar son fallos y debilidades, caídas y esfuerzos por mantenerme en pie. En ocasiones, no siempre, la expresión del ejemplo se conjuga también con la Palabra.

El Evangelio del 14 de agosto (Mateo 18,1-5.10.12-14) contiene una frase especialmente significativa para lo que le ha ocurrido a mi familia hoy: “Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” Casi todos los primos Casanueva nos hemos vuelto un poco niños y, más de 30 años después, de nuevo nos hemos reunido y abrazado. Quizás ha sido el primero de nosotros en llegar a la Casa del Padre quien lo ha propiciado, y el empeño de algunos lo materializó. El caso es que hoy, en casa de mi hermana Ana, hemos podido volver a estar juntos.

A la rama catalana no la veíamos desde hacía décadas, pero cuando los he tenido delante la sensación ha sido de continuar con la conversación del día anterior… Es curioso, pero además de hacernos niños, el 14 de agosto celebramos a San Maximiliano Kolbe quien ofreció su vida en Auswitz a cambio de la del sargento polaco Franciszek Gajowniczek, esposo y padre de familia. Se ofreció un día como hoy para que una familia permaneciera unida… Hoy en el cielo quienes ya contemplan la Verdad y experimentan la misericordia del Redentor, sin duda, habrán celebrado nuestra particular Paz en la tierra.

Reencuentro entre nosotros y presentaciones de los políticos. Todo muy normal, pero inmensamente extraordinario. El Espíritu sopla y actúa. El libre albedrío individual nos hace reaccionar de una u otra forma; allí estábamos. Casi todos.

Yo doy gracias a Dios por el día de hoy. El tiempo pasa y no compensa más que mirar hacia adelante. Mirar hacia atrás solamente para recordar el camino común, el cariño común, las alegrías compartidas, las raíces.

Yo hoy pido, y os animo a uniros a mi oración, por las familias separadas, por la unidad de las familias, por quienes están solos en el mundo, por quienes nunca han conocido el calor de una #Familia. Pido por ellos y doy gracias al Señor por la mía.

domingo, 15 de julio de 2018

Nicaragua


Hoy os escribo pidiendo una oración concreta: una oración por la paz en Nicaragua. 

Nunca he estado en ese país, pero allí hay una profunda presencia Redentorista, misioneros portadores del anuncio de la Sobreabundante Redención; el Padre Michael Brehl, Superior Genaral se pronunció en mayo sobre la tragedia que asola a ese pequeño país (http://www.cssr.news/spanish/2018/06/los-redentoristas-cercanos-al-pueblo-de-nicaragua-carta-del-superior-general/). 

Nunca he estado allí, pero conozco a algunos nicaragüenses, entre ellos a la religiosa de Pureza de María Xiskya Valladares. La hermana Xiskya esta haciendo una labor extraordinaria de denuncia profética y en pos de la paz en su país. La primera vez que la nombré en este blog fue hace ya algunos años. No la conocía, pero había sufrido algún tipo de agresión en las redes y decidí no callar. Luego el Señor quiso ponerla en mi camino; uno de esos regalos sutiles de lo Alto. He tenido la ocasión y la suerte de tratarla gracias a #iMisión. La aprecio. También la admiro, (no la admiración al personaje, que yo de mitómano tengo más bien nada). Admiro su visión, su misión, su claridad, su voluntad, su fortaleza y su incansable capacidad de trabajo; admiro la ingente labor evangelizadora que realiza en las redes. Admiro su valor. Y ahora admiro la voz que levanta ante la injusticia que sufren sus compatriotas. Su voz es necesaria. La denuncia es necesaria. Nada hay peor que el silencio de los buenos.

Sin embargo, buenos o no, lo que más escucho sobre la inhumana tragedia que está padeciendo este pueblo, es el silencio internacional. O más que el silencio la frialdad internacional, el desdén internacional. Claramente al “mundo” le mueven intereses económicos y geopolíticos, y muy poco o nada la humanidad que remueve entrañas. Sé que esto lo vemos casi a diario. Pero ahora le toca a Nicaragua. Un pueblo indefenso, solamente amparado por una ejemplar jerarquía católica.

Si allí se padece en español es porque nosotros les llevamos esa lengua; si allí rezan al Redentor y suplican el Socorro de María es por que también les llevamos la fe. No deberían sernos ajenos en ningún caso porque son seres humanos que están siendo injustamente masacrados, pero es que, además, España tiene un vínculo histórico y de sangre irrompible e inolvidable. No solamente eso; aquí esos mismos hechos comenzaron a vivirse en 1934, por muy fuerte que sea el empeño actual de ocultar y reescribir la historia. Son muchos los motivos que tenemos para no callar, para denunciar y, como católicos para orar.

Yo no soy nadie. Simplemente un españolito padre de familia que vive “al otro lado del charco”. Pero no puedo callar. Hoy no me vale simplemente rezar con fe en familia. Por mis hermanos redentoristas de allí, por los compatriotas de la hermana Xiskya, por nuestros hermanos perseguidos, hoy os pido que por un momento paréis, reflexionéis y recéis por la paz en Nicaragua. Hagámoslo todos con fe, confiados en el poder de la oración, justo hoy, solemnidad del Santísimo Redentor. Copiosa Apud Eum Redemptio.

viernes, 13 de julio de 2018

San Enrique


Esto de los patronos como protectores individuales no es cosa banal. El mío es San Enrique; tengo esa suerte. Mis padres estuvieron dudando si llamarme Enrique, como mi abuelo materno, o Alfonso, por D Alfonso XIII. Creo que también opinaba mi hermano, Juan, que quería que me llamaran igual que él. Finalmente ganó el Emperador sobre el Rey, aunque se ve que San Alfonso andaba ya ronroneando…

Es curioso, pero la mayoría de los padres nos fijamos en lo bonito que pueda ser el nombre, o en las tradiciones familiares (incluso a veces con arduas negociaciones matrimoniales…), pero creo que no nos paramos a pensar en la vida de aquel a quien vamos a designar como patrono de nuestros hijos; quizás porque tampoco pensemos que es precisamente eso lo que estamos haciendo. Ese y no otro fue nuestro caso, que no somos un matrimonio para nada original. Mi hija mayor se llama como su abuela materna (María Victoria) sin opción a negociación alguna. A mí me tocaría elegir el nombre del segundo/a, que fue niña. Yo, algo más flexible, propuse cinco nombres para que eligiera mi mujer: cuatro nombres femeninos importantes en mi familia y, en un ataque de bondad infinita, incluí uno de la suya. Finalmente ganó santa Paula (de la mía).

El canon 855 del Código de Derecho Canónico dice: “Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un nombre ajeno al sentir cristiano.” Es decir que no se obliga a imponer un nombre bíblico, ni del santoral, ni una advocación mariana. Y, por otro lado, “¿ajeno al sentir cristiano?”. ¿Qué es el sentir cristiano…? Quitando la universalidad atemporal del Amor infinito, eso también puede ir variando según los signos de los tiempos.

Además, oye, que no llevar un nombre ligado a la tradición cristiana puede ser también todo un reto: A ver si soy el primer santo con ese nombre. ¿O, no? Como tantos de los santos que hoy están en los altares y llevaron un nombre pagano.

La cuestión es que yo tengo la inmensa suerte de que mi santo protector desde el bautismo sea San Enrique: http://www.alfayomega.es/santoral/13-de-julio-san-enrique-emperador

De guerra en guerra, y santo. Para que nadie diga que no influyen en todo los signos de los tiempos… Incluso esos signos pueden llegar a confundir a la gente de una manera, nunca mejor dicho, significativa...

Emperador, y santo. Cúantas veces he escuchado eso de “qué raro, siendo Emperador que también sea santo”. O lo de, claro “al santoral por ser quien era”.

Y es que, algo que también es atemporal, es la idiocia, la necedad o la mezquindad. La ignorancia es cosa de todos; tanto padecerla en algún ámbito, como ayudar a erradicarla.

Yo hoy como cada día, pero especialmente hoy, me acojo a su protección y le pido que ampare a mezquinos e ignorantes (me incluyo). Pido que ampare a todos los que llevamos su nombre, y tratamos de hacerlo con sano orgullo y decoro suficiente. Y finalmente le pido al santo y estadista, un esfuerzo extraordinario: ya que él concebía su poder para construir y no para destruir, que interceda para que el Señor ilumine a quienes actualmente detentar el poder en nuestro país. ¿Os unís a mi oración?

jueves, 28 de junio de 2018

En pos de María


Un año más, juntos, en #Familia hemos acudido a honrar el Icono de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro. 27 de junio, día grande para la #Familia Redentorista y hemos acompañado a la Virgen por las calles del Barrio de Chamberí. Mis hijas revestidas, como desde hace tantos años, pero cada vez menos niñas. Tempus fugit.

El SAMUR sacando el paso del Santuario al son de los acordes de la Marcha Real, mientras la gente se arranca con “vivas” a la Madre de Dios y, este año también a España, me pone la carne de gallina.

Procesionar tras el paso es hacerlo arrastrando al mismo tiempo mis propias caídas, con sus correspondientes magulladuras; pero uno sigue en pie, levantándose y caminando. Siempre en gerundio.

Este año ha sido más ajetreado de lo habitual. Antes de finalizar la Eucaristía yo tenía un funeral cerca, en San Fermín de los Navarros. A carreras de un lado para otro. Podía haber aplicado la Eucaristía en PS por el eterno descanso de Tote Márquez, pero tenía que ir, hacerme físicamente presente y abrazar a Marieta, Flavia, Pirracas… Ese abrazo a Marieta Pombo, una madre que ha perdido a un hijo, ha sido como abrazar parte de mi propia historia. Abrazo con olor al mar de la Magdalena; se juntaron el inmenso cariño caldeado en mi infancia en Santander y asentado en mi juventud en la calle Princesa como un recién llegado a Madrid. Hay personas que están pegadas a uno más allá de la piel. Eso me ocurre con esta familia. De San Fermín de los Navarros corriendo a PS a ver la salida del Icono y procesionar tras él.

También tenía que estar ahí. Rezando, pidiendo, agradeciendo. Agradeciendo por levantarme, por mi #familia, mi trabajo, por mi madre que el mismo día de la Virgen cumple 84 años. Y poniendo ante el Icono, a cada paso tras la Virgen unos cuantos nombres: Teresa, Mercedes, Ignacio, Tote, Javier y además de esos nombres #Nicaragua  #España #ABCustom (la empresa donde trabajo, esfuerzos, proyectos, trabajadores). No es una cuestión ni folclórica ni psicológica; soy del norte, y ciertas expresiones no van demasiado con nuestro carácter. Soy más de silencio e interiorizar. Esto es cuestión de fe. Nada más. Como la fe del impresionante gentío que acude cada año, la de la gente que se pone en pie o sale de los bares, se asoma a terrazas, ventanas y balcones. Dándola a conocer y acercándola a quienes no pueden ni salir de su casa.

Cada día de la Novena llevaba mi intención y la de alguien más, hoy, además, los nombres que he mencionado. Javier y Tote nos han dejado recientemente, los otros son cada uno un motivo. Pero este año, el corazón se nos heló a los que formamos la Parroquia, feligreses y religiosos Redentoristas; justo cuando el paso cruzaba el umbral del santuario para salir por las calles del barrio María, una entrañable, cercana, amorosa y dulce feligresa mayor se encontraba cara a cara con su Redentor. La Virgen del Perpetuo Socorro salió a su encuentro para llevarla ante Él. El dolor y la Esperanza que da nuestra fe y nos hace combinar el vacío con la alegría de la resurrección. Así somos los que somos así. Recé por ella y por Charo. Pero sobre todo le rezaré a ella, porque contamos a buen seguro con una intercesora más en el Cielo.

27 de junio y una procesión. Y ¿qué es eso? Pues ni más ni menos que la vida. La Vida de un puñado de personas que, sostenidos los unos en los otros, peregrinamos al encuentro del Padre. Y lo hacemos como cualquier otra #Familia. En eso y nada más consiste ir scalando en #Familia. ¿No sabéis de qué hablo? Pues acercaos a vuestra parroquia, la que sea. Implicaos. Dad tiempo, sudor y manos. Veréis que eso es compartir la fe, que eso es crecer. A pasitos. Primero un pie, luego el otro. Cuando os veáis caminando con soltura entenderéis de qué os hablo. Mientras tanto que el Perpetuo Socorro de María nos alcance a todo.

domingo, 13 de mayo de 2018

Otra gaviota al cielo


Cuando suena el teléfono a ciertas horas uno ya está preparado para no escuchar buenas noticias. Lo que nunca imaginé es que lo que me iban a comunicar era la muerte de Javier, mi primo Javier Casanueva.

Terminaba ayer una semana de despedidas tras las muertes de dos grandes en mi vida, Magdalena Asenjo y Fuencisla Pombo.

Magdalena tenía 90 años, y recuerdo que cuando yo tenía seis me parecía la mujer más guapa sobre la faz de la tierra. Era íntima amiga de mis padres, pero de las de verdad, luego alguien que ha sido parte de mi historia e intrahistoria.

Fuencisla era una de esas personas que encarnan el paisaje y la historia de Santander, por sí misma y como engranaje de su propia familia. Mi infancia y juventud pasan sí o sí por su recuerdo; un recuerdo cargado de intenso cariño. Tenía 75.

Javier es algo más que un primo. En lo que era La Gaviota, la casa de mis abuelos, se levantó Las Gaviotas donde todos los primos Casanueva hemos crecido juntos, hemos vivido juntos. Son mi infancia y mi juventud, son la Navidad y el verano, son cada vacaciones o fin de semana en Santander. Son mi familia y mi vida. Cuando desde pequeño tu día a día se desarrolla en una familia extensa se generan unos lazos que no pueden romperse ni con la distancia ni con los distintos caminos de la vida. Justo hoy hace una semana nos reunió Sofía, otra de las Casanueva, en la Primera Comunión de sus hijos. ¡Y qué repaso de recuerdos pudimos hacer! Nosotros nos acabamos de cambiar de casa, y aunque como un símbolo romántico, he querido que también estuvieran presentes las gaviotas. Como una de ellas, Javier ha emprendido hoy su vuelo al cielo.

Cualquiera puede entender que la muerte de Magdalena o de Fuencisla es “ley de vida” y yo, que soy muy raro, por muchísimo que me duela, por mucho que esté tecleando mientras me seco lágrimas, entiendo que la de Javier también lo es. La muerte de mi primo es Ley de Vida, aunque deje una viuda joven; a pesar de que una adolescente y dos niñas pequeñas queden huérfanas de padre. No sabemos el día ni la hora. Estamos aquí para volver al Padre. Javi hoy ya ha visto que sí, que en efecto todo era verdad, por que ha visto cara a cara a su Redentor, al Todo Misericordioso. Que nuestra Madre del Perpetuo Socorro te haya acompañado a su encuentro. Esa es la fe, mi fe. Yo rezaré por ti. En casa rezamos por ti. Como lo haremos por Daniela, Gabriela, Pía y Adriana. Como rezo intensamente por los tíos, por esos ancianos padres que hoy han perdido a un hijo.

Os pido a todos los que leáis estas líneas, os lo pido por favor, que elevéis una oración por el eterno descanso de Javier.

Javi, descansa en Paz. Nosotros seguiremos aquí, no sabemos cuánto, scalando en Famlia, y en esa familia están tu mujer y tus hijas.

lunes, 23 de abril de 2018

¡Seguimos!


Como cada noche que hemos vivido en esta casa, hoy, festividad de San Jorge, hemos rezado en #Familia La diferencia es que esta ha sido la última vez. Juntos hemos dado gracias a Dios por habernos llevado de su mano. Once años en los que ha habido momentos duros, muy duros, sobrellevados bajo el Perpetuo Socorro de María y de la mano del Señor. Sostenidos por Él y por aquellos en quienes se hizo presente. Cogidos de unas cuantas manos. Gracias a todos los superamos #unidos Hoy es un día especial de agradecimiento a todos. Y de oración por quienes, en este tiempo, nos han precedido en el encuentro con el Redentor.

Once años en los que hemos crecido en nuestra fe pasito a pasito. Y a un paso de nuestro domicilio también nuestra casa, #PS Un icono de María presidirá nuestro nuevo domicilio, recibiendo a todos. Aparcar el coche al llegar del trabajo y acercarme a PS a hacer una visita, echar una mano, o simplemente estar ya no será posible cada día. Eso pesa. Pero el #amor es fuerte, y ahí seguiremos.

Once años en los que hemos pretendido hacer de nuestro hogar una casa de puertas abiertas. Vida compartida. El corazón cargado de nombres. Once años cargados de risas, cansancio, lágrimas y muchísimas alegrías. Casi toda la vida de nuestras hijas.

Mañana, si Dios quiere, estrenaremos ubicación y hogar. El hogar está allá donde estemos juntos. No se abre un nuevo horizonte; continuamos camino. Nada más. Nuestra historia va con nosotros a cada paso. #Itinerantes y en ese ir de un lugar a otro, tratar de, con todas nuestras miserias y limitaciones, dejar un trocito de Evangelio con nuestras vidas. Eso es un reto, un nuevo lugar donde tratar de anunciar la sobreabundante #Redención

Mañana dormiremos en nuestro nuevo hogar, donde pasado, por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que viene de lo Alto… para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. #Zacarías

Cómo no dar gracias esta noche. Cómo no pedir también, como cada noche, por quienes no tienen ni familia, ni trabajo ni hogar. 

Contento porque seguimos levantándonos. Agradecidos a San Alfonso, a la Perpe #Familia Agradecidos a todos los que han pasado por aquí, a todos aquellos que han dado algún paso con nosotros; agradecidos por aquellos con quienes seguimos caminando.

Siempre en gerundio. ¡Seguimos! Scalando en Familia.

jueves, 22 de marzo de 2018

Perdonado


Experimentar el perdón es en sí mismo una gracia inmerecida. Un regalo que se nos dio en la misma Cruz. El Redentor perdonando a Dimas. Cuando acudimos a la Confesión el Señor ya nos ha regalado su perdón. El examen de conciencia nos ayuda a tomar conciencia de nosotros mismos, nos pone frente a nosotros, frente a los demás y frente al Señor. Nos sitúa en nuestro mundo, en el mundo, desnudos. Hecho, claro está, con sinceridad descarnada y autorreconocimiento. Sin autocomplacencias ni autoflagelaciones, con realismo y un punto de distancia para tomar perspectiva de nuestra propia realidad. Así trato de hacerlo yo. …pensamiento, palabra, obra y omisión…

Uno busca el perdón no como recurso psicológico de estabilidad emocional. Busca realmente el perdón de Dios que es sanador y nos conforma con Cristo. Nos unifica con la Bondad absoluta, nos pone en Camino de nuevo. Reseteamos. Recuperamos la nitidez para empezar una y otra vez. No empezamos de cero; lo hacemos desde el punto más álgido del Camino.

Hoy, en casa, en PS, hemos celebrado la Penitencia comunitaria. El presbiterio lleno de sacerdotes y la iglesia llena de fieles en busca de ese perdón sanador. Una comunidad que día a día hace camino junta; Iglesia que peregrina por un pedazo de Madrid, formada por individuos que peregrinan por el mundo tratando de que éste sea mejor. Nuestras celebraciones son siempre una explosión de fe y alegría. Es un hecho que puede reconocer cualquiera que se acerque. En casos como el de hoy, el recogimiento, el silencio, la contemplación de la Cruz, nos mecen hacia el imponente misterio sacramental. La predicación del P Olegario, es un remanso de paz y de bondad. La benignidad pastoral tan característica y marca de la casa.

Los sacerdotes se reparten por varios puntos del templo y las filas de pecadores se ponen en marcha. Llegas y te encuentras con la consciencia de la fe, con lo que para mí es la realidad del alter Christus, ipse Christus. Y El Espíritu Santo actuando. Y Dios perdonando. ¡Y la Gracia! Ahí comienza la Paz.

Hablas, y ves a tu hermano. Mi hermano. No en vano san Alfonso es el patrono de los confesores. No le voy a nombrar porque ha sido algo tan íntimo entre Dios y yo que lo guardo como un tesoro. Le conozco desde hace años; le quiero. Y ha sido mi primera confesión con él. Con todo el misterio de la recomposición humana y personal, yo hoy he descubierto otra faceta suya. La grandeza de este sacerdote, de este misionero Redentorista, se plasma en cada una de sus facetas. Mano a mano, teniéndole frente a mí, he redescubierto la grandeza de la llamada, la generosidad de la entrega, la felicidad de la misión. He sentido un algo extraño, un respeto reverencial. Admiración y agradecimiento. Qué bien hace las cosas el Señor cuando llama. Ya, que luego está el libre albedrío y las flaquezas personales. Pero qué bien lo hace el Señor. ¡Gracias!

Gracias, Señor, porque no te cansas de perdonar. Gracias, Señor, porque la Redención es Sobreabundante y nos la regalas por que sí.

Y a ti. Una y mil veces ¡GRACIAS! Unidos, estemos donde estemos, siempre scalando en Familia.

Venga, animaos. Acercaos a un sacerdote y empezad de nuevo. Esta noche rezaré por quienes dudan, por quienes tienen aún miedo ante este sacramento.

sábado, 17 de marzo de 2018

Vivir en #Familia


Comienzan las despedidas. En breve cambiamos de aires. Dejamos nuestra casa para cambiar de destino. No nos vamos lejos, pero la Vida, el cúmulo de recuerdos inundan tanto el corazón que a veces pareciera que fuera a estallar. Especialmente para mi mujer que abandona el lugar donde nació para que los cuatro continuemos rumbo. #Itinerantes

La foto que acompaña a la entrada de hoy no es, en absoluto, una foto cualquiera. Es una foto realmente de #Familia en la que aparecen solamente un pequeño número de grandes personas. Faltan en ella muchos que no han podido venir. Los hemos visto crecer, madurar, enamorarse, desenamorarse, decir SÍ a su llamada religiosa, comenzar y acabar sus carreras, encontrar su primer trabajo. Hemos compartido simplemente la Vida y, sobre todo, la #fe

Por cuestión de edad realmente podríamos ser sus padres. Todo empezó hace ya bastantes años y de manera espontánea de la mano de mi #hermano el P Jorge Ambel. Con un puñado de, entonces, pipiolines acabamos una noche de verano en mi casa. Se convirtió en un gozoso hábito. Mi hija pequeña era apenas una bebé grande. Mis hijas han ido creciendo junto a ellos y también de su mano. Varios de esos grandes jóvenes han sido o son hoy sus catequistas.

Tanto María como yo hemos tratado de ser sin serlo un poco referentes de una familia normal, que vive su fe de una manera normal, compartiendo los momentos duros y las alegrías. Nos hemos preocupado por ellos de la manera más lúdica y sencilla posible, pero tratando de estar siempre en un segundo plano. Nos reímos con ellos. Disfrutamos con ellos.  Han crecido y no les tenemos la más mínima simpatía; tenerles simpatía sería una mediocridad. Los queremos; son parte de nuestra #Familia y nuestra #Vida Una manera peculiar, reconozco que peculiar, de compartir el ser #Redentoristas Hemos brindado. Hemos recordado. Todos los nombres que hemos ido desgranando son parte de nuestra historia común: Jorge, Pedro, Damián, Nicanor, Carlos, Joaquín, Antonio, Jesús, Francis, Marciano, Olegario, Guti, Bryan…. y muchos, muchísimos, más. Incluso en los momentos en los que los comentarios pudieran parecer que no fueran los más elevados o acertados posibles siempre han estado mecidos en los brazos de un cariño infinito; incluso cuando no hemos estado acertados. Incluso cuando yo no he estado acertado. Así son las familias y así son las conversaciones y discusiones de cualquier familia. Tratando de arreglar el mundo; al menos el nuestro… #Hogar Iglesia doméstica extendida.

Todos, cada uno a nuestra manera, somos un poco hijos de San Alfonso. María y yo siempre le hemos tenido presente; yo siempre he recordado a la Perpe cada vez que sonaba el telefonillo anunciando la llegada del primero de ellos.

Sé que estas letras le pueden parecer triviales a casi todo el mundo. No le importarán a casi nadie salvo a una pequeña y humilde familia, todavía, del barrio de Chamberí que solamente ha tratado de ser luciérnaga. Se me llenan los ojos de lágrimas a la misma velocidad y con la misma intensidad que se me llena el corazón del orgullo por estos chicos. Han estado todos, incluso los que no han podido venir esta noche. Para cada uno ha habido un recuerdo. El corazón lleno de nombres que diría Casaldáliga se me quedaría pequeño si no fuera un músculo elástico.

Ha sido la despedida que iniciamos simplemente de un lugar. La #Familia se asienta sobre roca firme.

En casi todas las parroquias existen multitud de grupos que crecen y animan la vida de la comunidad. Les animo desde aquí a que no se encapsulen, a que no sean estáticos y se abran a compartir su Vida con otros. La relación intergeneracional enriquece de una manera especial.

Chicos, los “biberones”, si Dios quiere, continuarán. Seguimos, como siempre, en gerundio, scalando en #Familia Y vosotros sois una parte importante de ésta. ¡Nos vemos en Andrómeda!

miércoles, 7 de marzo de 2018

Silencio


Había decidido mantener un tiempo de silencio en este medio. Tiempo de reflexión e introspección, al menos, hasta la Pascua. El silencio nos reencuentra.

Silencio precedido de un cierto vacío voluntario de lo superfluo. Silencio para dejarme llenar. Silencio de encuentro. Silencio de búsqueda. Silencio en escucha.  Silencio de intimidad. Silencio de espera y Esperanza.

Ayer, tras un largo rato con mi hija mayor compartiendo poesías, disfrutando como hacía mucho tiempo contemplando con qué avidez, sensibilidad, curiosidad e interés va descubriendo la poesía, estuve a punto de romper ese silencio. Ya barbicano, me vi como el ratón hociquirromo de Lope de Vega. Vi simplemente que la noria no es tan lenta como nos decía Machado cuando miramos hacia atrás; o sí. Esa escena ya la había vivido, sólo que yo era el niño y el padre era mi propio padre. El ínterin entre ambas escenas es simplemente la vida. Me pareció nada más que un instante. Ahora me parece simplemente un instante; su transcurso, unas cuantas décadas. Esa deliciosa conversación padre e hija me sirvió para ser de nuevo consciente de lo que tenemos entre manos: el futuro, la eternidad. No importa el instante que nos quede, importa lo que hagamos en ese instante. No por la huella o el recuerdo que dejemos, no; eso sería simplemente orgullo o vanidad. Importa por aquello que de bueno consigamos para los demás; para todos, empezando por la Familia. Importa ese minúsculo granito de arena, aparentemente insignificante, que podamos aportar para cambiar el mundo, para acercar el Reino, para anunciar. Aunque ese granito sea simplemente una sonrisa; o el silencio, cuando éste sea necesario.

Pensé en romperlo y ponerme a teclear. Sin embargo, decidí no hacerlo por aquello de ser consecuente con la decisión tomada. Hoy mismo, al recibir la noticia de la aprobación de las virtudes heroicas de un Redentorista polaco, el siervo de Dios Bernardo Lubienski, me invadió de nuevo la tentación por compartir con todos la alegría de la #Familia; pensando en él y en todos los Redentoristas, religiosos y laicos, cada uno en su estado, que se desviven y han desvivido por anunciar la Sobreabundante Redención. No obstante, no lo hice.

¿Qué me ha llevado a teclear? El cariño y la cercanía de algunos lectores que llevaban tiempo preguntando el por qué de la falta de actividad en el blog. Justo esta noche me llegó la última nota de interés. Por que también aquí, en las redes, se construye #Comunidad, también aquí se anuncia, cuando uno se muestra tal cual. También desde el silencio y la debilidad.

Seguimos unidos, orando. Siempre en gerundio y scalando en #Familia. ¡Va por todos vosotros!