Scala News

martes, 12 de junio de 2012

Soulsworking


Soy pesadísimo, sí, lo reconozco. Trato de corregirme, pero nada, que sigo siendo plúmbeo, plúmbeo; cada vez un poco menos, eso sí. Uno va soltando lastre poco a poco, pero continúa ahí la pesadez casi como los kilos, que alcanzada una edad te cogen tanto cariño que siempre hay algunos que no te abandonan ni a tiros.

Y para muestra un botón: una vez más digo que soy todo un privilegiado. Lo vuelvo a decir, porque no paro de asombrarme. Cuando más he sentido el privilegio de los cuidados de lo Alto ha sido sin duda en los momentos más duros, aún cercanos y de los que nos vamos recuperando lentamente. Pero las muestras de que soy mimado se me van presentando a cada momento, simplemente hay que saber mirar: despertarme a las tres y media de la mañana porque mi hija pequeña tiene una pesadilla es un lujazo; las explicaciones de la mayor sobre su jornada en el cole son un lujazo; amanecer cada mañana junto a mi mujer es mucho más que un lujazo; escuchar una carcajada de mi madre al otro lado del teléfono es un lujazo; que lo de un hermano caído del cielo vaya a quedar en una anécdota es un lujazo; contemplar a quienes han sido llamados a lo Grande entre lo Grande es un lujazo; ser consciente de todo esto es un lujazo.

Ehhhhh, pero hay más. Levantar el teléfono y escuchar "¿cuándo, cómo?"es otro lujazo, y ahí están Miguel o Carla o Magdalena. Levantar el teléfono, enviar un email o un mensaje en Facebook para pedir oraciones por alguien y que no sólo se pongan a ello, sino que además lo renvían o lo retwitean y eso provoca que –aunque no sean millones de personas- haya lucecitas orantes desde Omán a la Patagonia elevando su mirada y su corazón al Señor por un desconocido es más, muchísimo más que un lujazo.

Y no queda en eso. Profesionalmente se habla del networking como plasmación práctica de los contactos a lo largo de una trayectoria profesional, lo cual es encomiable. Pues yo, además de eso, puedo hablar de mi friendsworking, que se están desviviendo de una forma mucho más que efectiva; pero no solo eso, es que en esta última, digamos que categoría, incluyo también a alguien a quien me unen lazos sustentados por la fortaleza de lo intangible y eterno.

Vamos, que todo es una suerte de soulsworking, y aquí el CEO ya sabemos Quién es.

A que lo soy ¿sí o no?

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