Scala News

martes, 3 de abril de 2012

Pascua Redentorista


En breve se pondrán de camino varios grupos para celebrar la Redención abundante que nos viene de la Resurrección de Cristo.

Un Grupo de Laicos Redentoristas y dos sacerdotes de esta Congregación lo harán en un pequeño pueblo de la sierra de Granada, Jayena, desde el que atenderán también a otros lugares, para que la Buena Noticia llegue al mayor número de gente. Confieso públicamente la sana envidia que me producen, sin dobleces ni medias tintas: envida, por muy sana que sea. Conozco a alguno de ellos y espero que les acompañe, además de mi cariño, mi oración para que su servicio en esta Pascua obtenga los mayores frutos.

Otra expresión de la Iglesia Misionera que encarnan lo constituyen las Pascuas Juveniles, que tendrán lugar del 4 al 8 de abril en Navares de las Cuevas (Segovia) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Una extraordinaria oportunidad que se ofrece a los jóvenes para compartir y entregar su fe y su tiempo, anunciando la Resurrección del Señor.

Una de las que se desarrollará en Navares de las Cuevas, la Pascua Vocacional, estará centrada en aquellos que se plantean la llamada a la vida misionera, religiosa o sacerdotal. La Pastoral Juvenil Vocacional Redentorista (PJVR) está tomando un ritmo imparable para acompañar y ayudar al discernimiento de todos esos jóvenes, sustentado en el ejemplo diario de unas personas que atraen, contagian e ilusionan; que dan sentido a la Vida con la propagación incansable de la Palabra en un carisma propio, centrado en los más necesitados de auxilios. Que nadie con dudas se quede sin resolverlas, que nadie con miedos los guarde sin vencerlos; acallarse a uno mismo no es ni sano ni sensato. ¿Cómo no orar de manera especial por ellos? Mi mujer, mis hijas y yo pediremos por vosotros desde una ciudad marinera... En Santander, en la Parroquia Redentorista de la Inmaculada, en Familia.

Sin tonterias, sin media voz, no puedo sino manifestar mi aplauso por cada iniciativa pastoral. Estas Pascuas no son nada nuevo, lo sé. O quizás sí que lo son, porque cada año se parte con un espíritu nuevo, con una ilusión renovada por compartir, acoger, expandir; por contar lo que no se puede callar.

Sonrientes, amables, entregados, incansables, sustentados en Cristo y con una fe más que robusta. Acercarse a ellos es encontrar la mejor vacuna contra el desaliento.

Y que no me digan que soy un exagerado, porque lo que cuento no es más que un hecho objetivo y, por lo tanto, fácilmente comprobable.

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