Scala News

domingo, 2 de mayo de 2021

La sonrisa de Inma, la sonrisa del Evangelio

Hace 11 años en el santuario del Perpetuo Socorro de Madrid comencé a ver a un grupo de personas variopinto que campaba realmente por su casa. No sabía muy bien quienes eran, pero estaba claro que “pertenecían” a PS tanto como PS les pertenecía a ellos. Sí, cada una por separado y mezcladas las tres acepciones que de ese verbo nos da la RAE:

1. intr. Dicho de una cosa: Tocarle a alguien o ser propia de él, o serle debida.

2. intr. Dicho de una cosa: Ser del cargo, ministerio u obligación de alguien.

3. intr. Dicho de una cosa: Referirse o hacer relación a otra, o ser parte integrante de ella.

Poco a poco, a medida que de la mano del P. Jorge Ambel y junto a mi familia daba los primeros pasos por allí, yo iba siendo consciente de que aquellos que en un principio me parecieron “alguien” lo eran precisamente por ser servidores. Servidores de la Iglesia, del pueblo santo de Dios en la familia Redentorista. Ese grupo peculiar, pintoresco y heterogéneo eran los Misioneros Laicos del Santísimo Redentor y los Laicos Redentoristas de PS.

Con el correr del tiempo, llamado por San Alfonso, bajo la mirada de la Perpe y de la mano del P. Pedro López yo pasaba a formar parte de ese grupo como MLSR y un par de años después mi mujer como Laica Redentorista, llevando al paroxismo la definición de heterogeneidad.

De ese grupo, cuando aún no los conocía, me llamaba especialmente la atención una pareja con un pintón bárbaro. Lo que captaba mi interés -no sin un punto de desconcierto- era algo inusual: siempre los veía sonriendo. Pero no una sonrisa cualquiera, no. A la sonrisa de la boca le precedía siempre, como el anuncio de algo grande e importante, la que iniciaban sus ojos. Sonreían con el alma. Ellos no lo saben, pero sus ojos fueron para mí las trompetas de Jericó. Hablo de un matrimonio ejemplar, el formado por Inma Huerta Rodríguez y Antonio Fuertes Ortíz de Urbina, y a mi me evangelizaron con la mirada. 

Desde ayer 1 de mayo de 2021, Inma sonríe desde el cielo. La sonrisa del Evangelio, la sonrisa de Inma. Los MLSR estamos de luto, pero celebrando la Vida de Inma. El cariño de mi pequeña familia por Antonio e Inma es tan grande como la pena actual. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso le habrán acompañado ante el Redentor. Imagino el abrazo del Señor al ver esa sonrisa y esa mirada.

Tengo el móvil inundado de mensajes de WhatsApp y todos coinciden en lo mismo: la bondad de Inma. Pero buena de verdad. El Señor estuvo grande con nosotros porque la puso en nuestro camino y ella llevó al Señor a tantos con la sencillez y limpieza de su mirada. Disfrutona, disfrutona a rabiar con la sencillez de la Vida. La última vez que estuve con ella, en la sacristía de PS preparando el Vía Crucis que nos tocó animar……cómo se le iluminaba la cara al hablar de sus nietos. Creo que jamás olvidaré nuestra discusión – la discusión de dos grandes peleones- el 8 de marzo de 2020, al salir de misa, a cuenta del puñetero virus que se la ha llevado; no puedo olvidarlo porque me di cuenta entonces de que sonreía incluso discutiendo.

Inma, háblales a San Alfonso y a la Perpe de este puñado de hijos suyos que tienen aquí; cuidadnos desde el cielo. La comunión de los santos nos hace seguir unidos. Muchos conocemos a santos en vida sin darnos ni cuenta, pero a veces sí que somos conscientes. Somos unos privilegiados, porque Inma ha sido uno de esos gozosos casos.

Inma, tu ya has visto cara a cara a tu Redentor. Ahora sabes cuánto os queremos. Trataremos de que esa sonrisa de Antonio continúe abierta. Rezamos por él y por vuestros hijos. Pedimos por ti, sí, pero también a ti.

Si hay alguien que lea esto, le animo a hacer lo mismo. Pedir porque Inma esté ya efectivamente con el Señor, pero con mi certeza íntima de poder pedirle a ella.

2 comentarios:

  1. Gracias por tal bonito recuerdo. Permitirme que añada algo más como familia. La conocí con doce años..como novia  amiga,y  más tarde como hermana y una hija más de mis padres, porque así la consideraban y se lo ganó...todo se lo ganaba..se nos ha roto el eslabón de la familia,se ha desgranando la Granada que mantenía el fruto intacto,un sitio sin sustituto...su sonrisa y su fortaleza es la bandera que nos deja...seguiremos luchando sin ti..aprenderemos a vivir sin ti...convertiremos muestra tristeza en tu sonrisa..escucharemos tus enseñanzas en los rostros de la familia que creasteis los dos...porque cada uno lleva algo tuyo..pero sobre todo quiero aprender de vuestra fé.. tu al marcharte.mi hermano al quedarse y darnos una lección.

    Seguro que no te he dicho muchas veces lo que te quiero...solo estos días por wassap y con lágrimas en los ojos..pero se terminaron..tengo que estar contenta xq en tu libro de la vida me quedan muchas páginas y necesito tener los ojos limpios...No has ido buscando a DIOS...ahora lo se..El ha bajado y te ha coguido de la mano para empreder el vuelo arropada por el manto de la Virgen del Perpetuo Socorro y así te has ido...y así nos has dejado  tristes pero esperanzados, ya estás donde tanto tiempo te has preparado para llegar..¡¡¡¡Toda una vida¡¡ de generosidad.amor y entrega..descansa en Paz y sigemos en nuestro camino..te quiero. Cristina

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  2. Sí, Inma era una persona especial, siempre en sentido positivo, dando amor y cariño a todos los que se le acercaban, siempre con esa sonrisa, a la que haces referencia en tu blog.
    Ha sido una bendición tenerla en la familia, siempre conciliadora, buscando soluciones a situaciones complicadas en todos los ámbitos que hemos compartido, aportando paz en todo momento.
    Te he querido muchísimo y hemos vivido juntas muchas cosas y, ahora, que te has ido aunque parezca imposible, mis ojos están tristes por la pérdida pero mi corazón está lleno de alegría porque he visto que ese amor es compartido por todos los que te conocimos. Adiós Inma...
    Ahora, desde tu gloria a la que has llegado seguro con trompetas y amor infinito te pedimos que cuides de todos nosotros que seguimos en este valle sombrío y pandémico, recordándote como la mujer extraordinario que has sido.
    Toño, hermano, gracias por haberla escogido y traerla a nuestra vida y por el ejemplo de amor y admiración mutua que siempre nos habéis dado. Sabes que te quiero muchísimo también.

    Gracias Enrique por tus palabras. Todavía recuerdo las que publicaste en tu blog con motivo del funeral de mi madre y por darme esta oportunidad.

    Amalia

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